La protagonista de este diario ha habitado una casa, ha construido una relación, ha intentado hacer una vida junto a alguien y ha tomado también la decisión de dejar esa casa, esa relación y esa vida para volver a su país de origen. El vértigo de la viajera, ahora extranjera en su propio hogar, le permite a la autora revisitar cómo los conflictos políticos y sociales de Colombia se han convertido, de alguna manera, en parte de su propia identidad. Pero las preguntas sobre la raíz no cesan. La embriaguez del regreso, tan parecida a un estado de extrema lucidez, hace que esta viajera pueda cuestionarse y así transitar el duelo. En este diario, la autora camina por su propia tierra con los ojos de la recién llegada. A través de un lenguaje radiante y honesto, descubrimos que el ejercicio de escribir no es solo una manera de intentar entender la desconcertante experiencia de volver a casa, sino también la creación de una poética capaz de despejar todos los caminos que están por venir.